20 de enero de 2018

Calendario hijri


Hace más de un año enseñé el calendario que teníamos en casa entonces (aquí) y expliqué en qué consistía y por qué lo usábamos así.
Finalicé aquella entrada con esta frase: También es interesante que los niños sepan que no sólo hay un calendario, que otras personas cuentan su tiempo de otra manera, que son otros sucesos los que marcaron su año 1.

A día de hoy, seguimos manejando los dos calendarios, aunque dejándonos llevar hemos llegado a un punto en que el calendario gregoriano es el principal para nosotros. Por un lado es normal ya que así se rige el mundo en el que vivimos. Pero no queremos ni debemos olvidarnos del calendario hijri (también llamado islámico o musulmán) que marca nuestros acontecimientos más importantes cada año y que tiene un significado muy especial para nosotros como musulmanes.

El taco de hojas que se puede ver en la otra entrada resultó ser poco práctico en cierta manera porque nuestros meses son lunares y, según la fase de la luna, pueden tener 29 o 30 días. El calendario está fabricado con 30 días en cada mes porque realmente hasta la última noche no podemos estar seguros de si ese mes en concreto tendrá un día menos o no, no se puede saber con antelación. Esto quiere decir que habrá meses en los que sobre una hoja. Y como la misma hoja contiene también el calendario gregoriano, pues ya queda todo descuadrado.

Buscando una manera simple de tener presente las dos fechas, sobretodo pensando en mi hijo, se me ocurrió esto.

No quiero una rutina diaria de estar poniendo cada mañana qué día es hoy porque sé por experiencia que empezamos con ganas estas cosas y al tiempo quedan abandonadas. Prefiero algo que no nos cause aburrimiento ni obligaciones innecesarias.

Tenemos una aplicación en el móvil que nos avisa cada día de las horas de rezar y que nos dice la fecha del calendario hijri. Por eso no tenemos necesidad de estar colocando cada día las etiquetas del número en el corcho.
Pero sí quiero que mi hijo tenga presente en qué mes y en qué año estamos. Cambiar una tarjeta una vez al mes y la otra una vez al año no cuesta tanto.

Como cada vez voy haciendo las actividades más simples (de eso ya escribiré otro día) he pasado de imprimir las muchas ideas vistas en internet y me he decidido por una sencilla hoja de goma eva que he recortado en rectángulos en los que yo misma he escrito los nombres de los meses con rotulador.
El mes y el año están sujetos en una parte del tablón de corcho y los iremos cambiando cuando llegue el momento.

Falta un punto en una letra, ya está corregido.



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